Es el Dios del fuego de profunda ponzoña quemante.
Su mala visión no le permite distinguir entre el bien y
el mal: El alacrán.
Es propio de él
no repetir la misma danza
Nunca
Entre piedras arrastra su pelaje
y tantea pasos nuevos para distraer a su victima
Cumple antes del crepúsculo
violentas coreografías
Atrapar a su presa es su mandato
va al acecho e inyecta ese veneno
que cocinó previamente en sus entrañas
Y luego, sigiloso, borra huellas
Las esconde bajo tierra.
Esos locos
La noche es mi acertijo
mi deseo de borrar toda la violencia
México hoy
de esos locos
sueltos por las calles
Ciegos de Dios
que descuartizan mujeres
con sangrientas navajas
Tiemblo ante sus ojos rabiosos
sepultureros hombres de tralla
Cómo todas cavo a ciegas este camino
angosto túnel de raíces secas
de nidos verdes con palomas extintas
y huesos sueltos sin su vaina
Pregunto al topo
dónde
dónde está el cielo.
Tomado del libro "México Hoy"