No te tatúes
Alejandra Maraveles
No te tatúes, por enésima vez, sólo los presos hacen eso, no me importa si tu amiga Laura lo hizo, una hija mía no va a andar pintarrajeada por la vida, no es algo que se quite con agua y con jabón. Todavía eres menor de edad y no te doy permiso. No te tatúes, tiendo a pensar mal de esa gentuza, las personas respetables no lo hacen, ¿cuándo has visto a un sacerdote con esas cosas? Si lo haces a tu abuela le va a dar un infarto. No te tatúes, tienes un cuerpo perfecto y tu cara divina, ni siquiera necesitas maquillaje para verte bien, ¿para qué venir a desgraciar tu cuerpo con esos dibujos sobre tu piel? No te tatúes, Lady Gaga y Justin Bieber son artistas, viven de escándalos, ellos necesitan llamar la atención y ser fotografiados por los paparazzis. Entiendo, ya eres mayor de edad, pero no tienes dinero, ellos sí y esas cosas salen caras, y tú ni siquiera trabajas. No te tatúes, podrías ser alérgica a los pigmentos y más adelante no podrás tomar el sol tranquilamente. Además, pueden reaccionar hasta muchos años después. No te tatúes, ya terminaste la carrera, en muchas empresas no admiten empleados con ellos sobre sus brazos o en cualquier lugar visible, hay otras maneras de expresarte, para algo sirve la ropa y los accesorios. No te tatúes, sólo es una moda pasajera, con el tiempo la gente ya no lo hará, al paso de los años te arrepentirás, cambian la forma si subes de peso o con las arrugas, eso sin sumar que los pigmentos tienen sustancias dañinas para los riñones y si llegas a necesitar una resonancia magnética te podrá causar dolor. No te tatúes, estoy consciente que muchos artistas lo hacen, pero también grupos extremistas, ¿no querrás ser confundida con ellos? No te tatúes, ¿libertad?, ¿de cuándo acá pintarse un colibrí es libertad?, ¿por qué quieres andar con ese pájaro marcado para siempre? No te tatúes… la frase quedó en el aire y en tu desconsideración, ya eres una mujer adulta y pagaste por ese colibrí, ¡es una lástima!, lo quisiste en la muñeca izquierda, ahora no podrás usar relojes inteligentes, investigué y causan quemaduras o se atrofian esos aparatos, pero ya lo hiciste, ya ni llorar es bueno. No te tatúes, repetí un millón de veces, pensaba en cuando tuvieras 40, 50 o 60 años, en posibilidades de un cáncer, en el peligro para ti. Yo pensé en esos años, en el futuro… ése que no llegó, al igual que tú quien no regresaste esa tarde después del trabajo. Yo me tatué tu nombre, aquel repetido constantemente en mi cabeza, impreso en lonas y carteles de búsqueda. No me tatué por moda o por expresarme artísticamente, lo hice como un recuerdo, aunque me es imposible olvidarte, tu nombre ahora descansa junto a un colibrí en mi antebrazo. Y ahora le pido a tu hermana que también lo haga… le exhorto que se tatúe, porque gracias a ese garabato, después de meses desaparecida me sirvió cuando en la morgue, entre decenas de cadáveres, identifiqué tu cuerpo.
Alejandra Maraveles. Mexicana, licenciada en Contaduría Pública de profesión, escritora de oficio, varios de sus cuentos han sido publicados en antologías. Y tiene su primera novela “Después del Lobby” publicada en Amazon. Es Tesorera del PEN Internacional, centro Guadalajara. Coordinadora del grupo literario "Literoblastos". Forma parte del grupo “Libro Rojo”, un blog literario, así como del club del libro “Todos los nombres”. Además imparte el taller de Redacción, en la Escuela Sogem Guadalajara.